Desde el primer minuto en Anduva hasta el último en el Madrigal, el Mirandés ha sido superior al Villarreal. Solo la calidad de Borja Valero hizo que los amarillos llegaran con opciones a la vuelta pero el fútbol ha sido justo con el Mirandés.El partido se le pudo poner muy a favor a los visitantes si César no hubiera parado un penalti a Alaín. El Villarreal, pese a que parecía que no quería, seguía metido en la eliminatoria. Borja Valero tuvo la oportunidad de repetir la historia de Anduva pero su disparo lo detuvo bien Nauzet. Lo del centrocampista amarillo solo fue un espejismo y a la siguiente jugada Borrell tiro alto un balón ante la pasividad de Oriol. La segunda parte empezó igual que la primera, con Ángel haciendo penalti, la diferencia es que esta vez Pérez Lasa no lo pitó. Dio igual. Pablo Infante, que sorprendentemente había sido suplente, salió para hacer justicia. Tuvo un primer intento fallido y a la segunda, volvió loco a Ángel y se sacó un disparo al que César no pudo reaccionar. Pese a todo, el fútbol volvió a dar otra oportunidad al Villarreal pero esta vez la suerte si estaría del lado visitante. A la salida de un córner, Bruno mandaba su cabezazo al palo y en ese momento en el que el balón decidió no entrar se acabó el Villarreal pese a que quedaban casi treinta minutos. Pablo Infante aún dejaría un último recuerdo en el Madrigal. Entre él y Mújika bailaron a la defensa local hasta que el Pablo se quedó ante César y sentenció el partido.
El Villarreal se queda sin otra competición y sin entrenador, el Mirandés sigue escribiendo las líneas de una temporada que puede ser histórica.
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